Cholo soy y no me complazcas Viernes, 7 noviembre 2014

Doce detalles infalibles para reconocer a un caviar elitista disfrazado de justiciero social

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).

Caviar

1

De niño, sus padres jamás lo llevaban a visitar Disneyworld. En lugar de sumergir a su retoño en ese lodazal de valores imperialistas, volaban juntos a pasar las vacaciones a la ejemplar Cuba, para impregnarse de conciencia revolucionaria (y porque tenían plata para pagarse el viaje, deduzco). O sea, en lugar de rodear a su niño de princesitas, lo rodeaban de prostitutas. Que en Cubaworld son más económicas y abundan más, porque ya se sabe que la Revolución acabó con los gustos decadentes y dejó, obvio, los básicos. Y ahora de adulto, el chibolo de entonces echa una lagrimita extrañando aquellos tiempos en los que uno podía justificar los muertos en aras de una CAUSA MAYOR. Más o menos como hacen ahora los fujimoristas.

 

2

Sus papás son de clase alta, pero se hicieron comunistas porque no soportaban lo fachos que eran en su familia. Sin embargo, el nieto o nieta no ha salido a su vez contestatario a sus padres, más bien sumiso, así que no ha tenido los cojones de hacerse de derechas. Aunque de facto y en la práctica sea de derechas, como todos los que tienen como prioridad hacerse más ricos y acumular más poder.

 

3

Al no haber sido rebelde en el seno familiar, sino sumiso con los dogmas paternos, le suele “faltar un hervor”, la vida no le ha curtido lo suficiente: así que si se le contesta, al tierno contestatario de salón es fácil callarlo.

 

4

Proclama luchar contra el clasismo, pero nada le ha jodido tanto como tener de nuevos vecinos en Miraflores a unos «serranos incultos que no paran de hacer bulla», detestando a la hora de la verdad ese fenómeno protagonizado por familias de excluidos que, de un tiempo para acá, participan mediante su trabajo honrado de un mayor acceso al crecimiento económico y la movilidad social, fenómeno que no en vano contradice esa interesada tesis suya (vive de explotarla) de que «todo está peor que antes».

 

5

Afirma odiar el capitalismo, pero conoce al dedillo New York París, y se asegura de que sepas que ha vivido allí alguna que otra temporada (jamás visita las zonas rurales de países cool, sólo lo haría en naciones mundialmente célebres por su pobreza para vender un reportaje o venderse en Facebook). Por supuesto, tampoco se piensa perder The Avengers 2: La nosequé de Nosequé. Eso sí, la producción de ficción nacional le parece toda basura, propia de gentuza iletrada y analfabeta. Lo mismo que pensaría de la Marvel si fuese peruana: “Enmascarando al pueblo su dura realidad con necias fantasías”, escribiría con fervor en su columna más celebrada.

Mouse Zetung

6

Trata a su empleada del hogar con muchísimo respeto y consideración y la presenta siempre como “una más de la familia”. Pero su empleada, extrañamente, no participa de ninguna conversación.

 

7

Puede hacer gala de sentido del humor, pero solamente en privado y en comité pequeño. En sus columnas de opinión ¡al contrario! jamás se tomará nada con alegría, optimismo o guasa, no vayan a pensar los altos ejecutivos de los mass media, ésos que pueden ascenderle en los megagrupos corporativos (que es adonde aspira a instalarse), que no enfoca con seriedad o la gravedad requerida los problemas sociales del mundo: camuflado de humilde, se hará el indignado, el afrentado, el “igual” que los desfavorecidos… para acumular pedestal, dinero, poder, fama, gloria y precisamente todo lo que jerarquiza a los seres humanos.

 

8

Al mismo tiempo, pretenderá que tú tampoco te rías de los asuntos que él considera “sagrados”: su plan magistral pasa por formar parte de esa Policía Moral que te juzgará SACRÍLEGO si le pones ironía a sus temas intocables. REÍRTE ES CUESTIONARLE. Y cuestionarle es quitarle poder. Eso nunca lo permitirá, porque no hay nada que odie más que SER IGUAL a ti. Supongo que todo nace de una competencia compulsiva por superar a su padre pituco…

 

9

Niega poseer ningún defecto, vicio ni, por supuesto, ningún demonio interno: en eso es idéntico a los fanáticos católicos que tanto desprecia. Tampoco se le atisba sentido alguno de autocrítica. Dice ser igualitario, pero se arroga el derecho a prohibir lo que las clases bajas pueden leer o ver en TV. Y si la gente común lee o ve algo que no le gusta, anulará la libertad de decidir de esa gente, sin ningún complejo. Porque ya se sabe que las masas son, en el fondo, idiotas. Y es más rápido destruir sus formas de ocio –e imponerle las propias– que construir un sistema educativo sólido.

 

10

No entiende la estupidez del pueblo y su empecinamiento en votar a políticos que roban pero hacen obra… porque, en el fondo, sus antepasados ya robaron lo suficiente para que él viva bien y, por tanto, no necesite de ninguna obra.

 

11

Hace un año, no tenía ni idea de quiénes eran Corazón Serrano. Ahora le gustaría no saberlo.

 

12

Lucha por la igualdad para que los demás le endiosen.

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).