Cholo soy y no me complazcas Viernes, 25 agosto 2017

Si quieres saber cuántas modalidades de abuso diario sufren las jóvenes de hoy, debes leer «264 meses de embarazo»

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).

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Nunca participo en premios literarios, porque una mala experiencia personal (la violación interna del secreto de pseudónimo en una convocatoria pública) y la opinión de un agente literario de peso me hicieron desconfiar de la limpieza de sus procesos habituales. Pero puedo garantizar que LuchaLibro es un certamen limpio, y ello en gran medida porque se ocupa de promover escritores emergentes, sin nombre en el mercado ni influencias en la industria, y porque el sistema de voto del Jurado es inmediato, sin interferencias ni tejemanejes. El concurso de improvisación literaria creado por Christopher Vásquez y Angie Silva ya lleva muchos años cautivando al público con sus eventos en vivo y original planteamiento, pero el primer fruto editorial de tamaño proyecto lúdico y divulgativo se ha dado recientemente gracias al formato televisivo que adoptó el año pasado dentro de la oferta cultural del Canal IPE: la ganadora de esa edición, la luchadora «Almagesto», claramente merecedora de su victoria a juicio del Jurado conformado en tal ocasión por los escritores María Luisa del Río, Juan Manuel Robles y su seguro servidor, reveló su identidad recientemente con motivo de la materialización impresa de su primera obra, presentada el pasado 31 de julio en la última Feria Internacional del Libro de Lima bajo el madrinazgo de la franquicia LuchaLibro.

Ella se llama Camila de María y el resultado de su justo triunfo se titula finalmente ‘264 meses de embarazo‘.

Campeona

Produciendo un libro

A lo largo de mi carrera he escrito una docena de libros y una veintena de cómics, y he editado varias decenas de historietas diversas. Pero nunca había coordinado un volumen de ficción literaria. Por eso cuando Christopher Vásquez me pidió que supervisara la confección del libro a editar de Camila me sentí doblemente retado: por un lado siempre resulta estimulante asistir desde primera fila a la maceración del contenido que terminará siendo encuadernado; por otro, nos encontramos ante una autora novel con las ideas muy claras, de sólo 22 años y que desde el primer momento sabe las sensaciones y posicionamiento moral que desea transmitir. Sinceramente, vivir esa experiencia me parecía una oportunidad demasiado atractiva para rechazarla.

Camila me había caído bien desde el primer momento, con su actitud guerrillera, a medio camino entre el nihilismo punk y el activismo feminista. Fue sencillo llegar a un sistema de trabajo con ella, y mi sencilla tarea consistió en buscar un equilibrio interior entre su cuento y su poesía (pues de ambas categorías se alimenta su debut literario), y sacarle el mayor jugo a su brillante tendencia a escupir hermosas imágenes sobre el caos que reina en el interior de todo veinteañero inquieto. Quise ser para Camila lo que Bowie para Iggy Pop: de hecho, los libros de cuentos se construyen y ordenan en gran medida como un disco conceptual, con todas sus partes buscando la naturalidad de su ensamblaje; y en la estrategia de su combinación reside también su poder. Así que nunca perdí de vista que en esas páginas estuviera presente toda la paleta de posibilidades literarias que Camila puede entregar a sus poco más de «264 meses» de vida. Debo decir que la autora puede ser muy punk, pero también muy disciplinada.

Camila en la presentación en FIL

Mirando hacia adelante con ira

Pronto vi que la mayoría de cuentos giraban en torno de mujeres jóvenes y su estupor ante los roles preasignados que la sociedad les pretende imponer: asimismo, sobre el sufrimiento y la furia que provoca en ellas el no resignarse a acatar el machismo automático arrojado sobre sus vidas como redes inmovilizadoras.

Ya había trazada una pauta temática clara, así que cuando Camila entregó el grueso del borrador inicial, empecé a darle vueltas al título a escoger. No soy aficionado a la poesía, pero me fascinó la facilidad de la autora para sumergirnos en lúgubres estados de deleitosa tristeza con un lenguaje sencillo y directo, casi propio de compositor de himnos pop, como en estas líneas: «Tal vez en otra vida / tenga menos nudos que desatar, / mis cimientos sean piedra y no paja, / deje de romper la porcelana. / Por ahora sólo puedo resignarme; / nudo tras nudo, / ladrillo tras ladrillo, / taza tras taza«.

Asimismo, me sorprendió la fuerza que albergaban algunas de las metáforas escogidas por Camila para describir el entrevero emocional de su yo narrador… En especial hubo un verso que no se me desenganchaba de las tripas: «Doscientos sesenta y cuatro meses de embarazo«. Al absorber el símil como un eterno estado humano de (no tan) buenaesperanza, como 22 años ininterrumpidos de doloroso conflicto con el mundo y con una misma, comprendí que ése sería el título perfecto para el libro: tanto Camila como Christopher estuvieron de acuerdo y ése fue el lazo final sobre el trabajo volcado de la escritora.

Presentación FIL2

El profesor y su inmundo pedestal

264 meses de embarazo‘ es una lectura recomendable para todas aquellas personas que deseen asomarse a la lucha de una galería de personajes femeninos por no naufragar en un mundo que otros han diseñado para ellas, mediante una tenaz y minuciosa descripción de las infinitas trampas del machismo universal, desde las ancestrales tradiciones chinas del vendado de pie al maltrato doméstico -al parecer una práctica también ancestral- limeño. Un relato especialmente interesante es Plan B, en el que tres mujeres que en algún momento pasaron por la universidad y fueron seducidas y despreciadas por el mismo profesor, deciden aliarse y vengarse del cínico don Juan. Habiendo vivido de cerca el abuso de poder de algún que otro «indecente» docente -he conocido algunos cuyas parejas han sido exclusivamente (unas cuantas) alumnas universitarias-, me resultó especialmente apasionante el punto de vista de Camila, en el que vierte también el poso de su día a día estudiantil.

Presentación FIL

La escritora Andrea Cabel, copresentadora del libro en la FIL junto a Sophie Canal, plasmó recientemente aquí sus propias impresiones sobre esta obra. Así pues, denle una oportunidad a ‘264 meses de embarazo‘ y presuman de haber estado presentes desde el primer momento en la gestación de una escritora de estirpe que, ya sea como novelista, poeta o dramaturga, estoy convencido de que formará parte del panorama literario peruano más temprano que tarde.

PD. El libro de Camila incluye también cuentos de los tres esforzados finalistas de LuchaLibro: Carla Cabrera, Almendra Cáceres y Martín Llerena.
Todas las imágenes incluidas son de luchalibro.pe

El Campeonato de Improvisación Literaria LuchaLibro prosigue con una nueva edición en La Noche de Barranco,
cada lunes de setiembre (4, 11, 18 y 25) a las 8 p.m. en punto como el teatro.
Ingreso libre y libro en donación voluntaria para armar una biblioteca en un colegio de bajos recursos.

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).