Tarcila me vacila: carta de amor a la candidata al Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU

Foto: chirapaq.org.pe

Estoy enamorado de Tarcila Rivera Zea: amo su modo de ser, de pensar y de actuar y quiero que más personas se entusiasmen con lo que ella es y representa.

Este pasado lunes, la Cancillería del Perú anunció oficialmente la candidatura de Tarcila al Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU. Si ella es elegida (sólo hay dos cupos en el Foro para toda Latinoamérica y el Caribe), trabajará ad honorem como experta independiente durante tres años, asesorando el desarrollo de políticas internacionales sobre el futuro de más de 370 millones de indígenas, tal como informa aquí su propia organización, Chirapaq.

“Tarcila es una persona que todos reconocemos no sólo por su amplia trayectoria sino además por su capacidad de promover el diálogo”, declaró durante el evento Patricia Balbuena, viceministra de Interculturalidad.

Coincido al 100% con ella. Así que apoyemos todos su candidatura enviando un correo a la Cancillería del Perú: ealvarado@rree.gob.pe

Yo ya lo hice y es la primera vez en toda mi vida que apoyo un cargo institucional.

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Una luchadora de adamantium

La primera vez que declaré mi pasión por Tarcila fue en este artículo, donde la incluí como una de las políticas más atractivas y sexys del Perú, además de ser sin duda la poseedora de las cejas más elegantes y carismáticas que los dioses hayan modelado. Creo que en sus distinguidas y orgullosas cejas, altivas y puras, rotundas de forma y cuestionadoras hasta en reposo, está escrita la digna historia de un pueblo.

Meses después me crucé accidentalmente con Tarcila en Barranco: salía del Bar Juanito y, en cuanto la reconocí, corrí en pos de ella. Creo que la asusté un poco al manifestarle mi entusiasmo por conocerla. Pero más tarde le pasaron mi artículo y me escribió con exquisita amabilidad para invitarme a su casa. También me dijo algo en persona que da que pensar: “Nunca nadie había escrito en público sobre mí en términos de belleza o glamour. Las mujeres andinas no estamos habituadas a ello, y ése es otro tipo de discriminación”.

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Tarcila me recibió generosamente en su hogar junto a su fabuloso equipo de Chirapaq. Cocinó un delicioso almuerzo y nos pasamos la sobremesa hablando de temas serios y frívolos. Su sentido del humor fue lo que más me impactó: celebro que en su delicada misión no se disfrace de la solemnidad, altisonancia y exceso de gravedad que fingen tantos otros tipos en su posición, líderes que no descabalgan la agrura y acritud de sus expresiones como estrategia deliberada para inducir a que nadie cuestione su capacidad e idoneidad moral para el cargo.

Ah, pero el humor sano denota inteligencia e integridad.

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Discutiendo de broma y riendo con Tarcila en su casa: sus facciones revelan honestidad y valores humanos. Foto: chirapaq.org.pe

“En los años 80 yo llegué al movimiento indígena todo liderado por varones. Soy indígena, pero también soy mujer”. Esa doble directriz ha marcado su trayectoria y lucha vitales.

Esta recia adalid ayacuchana lleva más de 25 años defendiendo los derechos indígenas, siendo premiada y reconocida por instituciones como la UNICEF, la Fundación Ford, la fundación Fuego Sagrado y el Ministerio de Cultura del Perú. Además de Chirapaq (Centro de Culturas Indígenas del Perú), también ha fundado el Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA) y el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI).

Les dejo con un reportaje en vídeo sobre su vida para la Fundación Ford:

¡Apoyemos todos a Tarcila!

Foto: chirapaq.org.pe

Gracias a Verónica Vargas, jefa de prensa de Chirapaq,
por la información adicional y las fotografías de apoyo.