Cholo soy y no me complazcas , noticias Viernes, 9 septiembre 2016

70 aniversario de Freddie Mercury: gracias a él yo fui una drag queen adolescente

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).
pinterest-com

Uno de los retratos de Freddie para la sesión de portada de su disco «Mr. Bad Guy». (Imagen de pinterest.com)

Mi amiga Carla me ha recordado que Freddie Mercury hubiese cumplido 70 años esta semana y yo he recordado que a los 16 fui su imitador. Descubrí a Freddie a los 15, en un programa de radio que emitió en primicia su canción Made in Heaven. Fue como si el cielo se abriera ante mí también: nunca había conectado con una energía musical y vocal de tal prodigiosa intensidad. En cuanto salió a la venta, corrí al centro comercial de mi pueblo a comprarme su disco, titulado Mr. Bad Guy. Aún me sorprendo al tratar de revivir la emoción que sentí escuchando aquellos surcos. Mr. Bad Guy era tan él… ¡Era tan yo!

queenphotos-wordpress-com

Made in Heaven fue también el primer video musical que vi de Freddie: Mítico. (Imagen: queenphotos.wordpress.com)

Me obsesioné con Mercury. En cuanto descubrí que además tenía un grupo, empecé a hacerme con todos sus discos: The Works me volvió loco y mi A Day at the Races de segunda mano ya me envió a la estratosfera. Yo también quería hacer en literatura lo que él hacía en la cultura pop: salir en mis presentaciones sentado encima de Superman y con una bandera por capa. Claro que, ¿qué bandera llevar en España sin que te muelan unos u otros a palos? Por si fuera poco, luego aprendí que el mundo de la literatura no aprecia la frivolidad: sólo toma en serio la seriedad. Y si el escritor es feo y soso, mejor.

tumblr-com

El gran Freddie (cómo odio cuando lo escriben «Freddy») Mercury. (Imagen: tumblr.com)

Aún iba al instituto cuando me enteré del concurso de playbacks que organizaba el Albatros en Sabadell: era una discoteca a la que todos los adolescentes de los andurriales acudíamos los findes por ver si por fin podíamos besar una chica, aunque tuviésemos que bailar para lograrlo. Yo no me comía un torrado, porque era el empollón de la clase, mi cara parecía una pizza ibérica y además me acababa de enterar de que Freddie era gay (en los dos años que llevaba venerándole nunca había caído en ello), creándome una confusión sexual de muy padre y señor mío.

Y así, no sé cómo, se me ocurrió que yo quería participar en ese concurso de playbacks para emular a la estrella escogida. ¡Yo imitaría a Freddie Mercury! Lo que más me emocionó al apuntarme es que podría crear mi propia coreografía… Durante el mes siguiente, cada mañana, antes de ir al insti, me metía una hora en una sala de espejos que me había cedido, para mí solito, la Casa de Cultura de mi pueblo, y ensayaba los pasos de mi coreografía mercuriana. Me compré una malla a topos y creo que hasta mi madre me ayudó cosiendo parte del vestuario. Muy almodovariano todo.

pinterest-com-3

Una de las imágenes que más me gustan de su carrera: el Freddie «Fauno» en el segmento central del video I want to break free, dejándose adorar por el Royal Ballet de Londres. (Imagen: pinterest.com)

Obviamente, escogí como tema a representar el I want to break free de Queen. Su vídeo, realizado por David Mallet, era perfecto como inspiración visual y lo bastante variado para permitir al menos un cambio de ropa en escena, con esa sección instrumental que tanto me gusta en la que Freddie se deja conducir echado prono sobre los torsos rotativos del ballet londinense. De este modo, la gran noche del concurso me estrené como drag queen, con mi minifalda, mi pullover rosa, mis tacones y mi bigotón. Y mi aspiradora, claro.

abc-es

Freddie haciendo Historia. (Imagen: abc.es)

Disfruté mucho interpretando a Freddie y creo que el público se quedó bastante asombrado, en el buen sentido… por no hablar de mis amigotes del instituto. Hice un esfuerzo notable por recrear lo más fielmente posible el Mercury juguetón del segmento travestido, primero, y luego todos los aspavientos y tics grandilocuentes de sus bailes, tomando de aquí y allá de sus actuaciones. Creo que lo hice bien.

Por desgracia, quedé segundo ante una chica que imitó a Michael Jackson y que bailó de maravilla. ¡Pero juraría que el público estaba conmigo! Me amargó un poco mi derrota, después de tantas semanas de trabajo solitario, practicando giros, ademanes y maneras. Aunque meses más tarde, repetí el número con gran éxito para una fiesta de la emisora de radio local donde empecé a hacer mis pinitos profesionales. Ahora podría ser un imitador de Freddie sempiterno, llegando a edades decadentes a las que él, lamentable o afortunadamente (de partidas prematuras se alimentan las leyendas), no pudo ya llegar… En los años siguientes me entró la consabida fase de avergonzamiento de mi “pasado” y escondí tan bien el videocassette con la actuación de esa noche memorable que ya no sé dónde me aguardará oculto… Algún día saldrá a la luz, cuando alguien que me quiera recoja con pena mis cachivaches sueltos en mi errática andadura por el planeta.

giphy

Este despeje de flequillo con sacada de lengua aún me sale a pedir de boca… bueno, me salía mejor cuando tenía flequillo. (Imagen: giphy.com)

Freddie Mercury es y sigue siendo el artista que más admiro en todas las disciplinas y el que más me ha influido en mi modo de ver y gozar el mundo. Mi personaje público no sería nada sin él y de su ejemplo aprendí que hay un gran fingidor en todos nosotros que nunca debe flaquear, que el espectáculo tiene que continuar pese a todo. Y que el payaso ha de reír así se rompa por dentro…

Años más tarde volví a mi fase federica y propuse al gran fotógrafo David Campos es posar como pin up para la portada de uno de mis libros. A él le pareció buena idea y allá que me fui a su estudio con mi aspiradora y mi pullover rosa… Afortunadamente, David tenía un concepto más audaz, que terminó siendo el escogido para mi cubierta. Lo más gracioso de todo es que todavía hoy, cuando algunas noches me despierto y desvelado me pongo a divagar pensando en los grandes fracasos profesionales de mi vida, no me acuerdo nunca de aquel premio internacional que perdí porque el jurado no respetó el secreto de mi pseudónimo y declaró que yo les caía gordo por mis libros; ni de aquel dibujante que me dejó colgado, echando a perder seis meses de trabajo en el proyecto de historieta más ambicioso de mi carrera; ni de las puertas que me ha cerrado el haber sido autor de obras malditas…

Sólo pienso en lo injusto que fue que esa guarra me ganara hace casi 30 años… ¡con lo bien que yo hice de Freddie!

123

Yo posando para uno de mis libros, inspirado por Freddie, y el original chequeándome… Not bad! (Mi retrato es obra de David Campos; la imagen de Freddie es de pinterest.com)

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).