Cholo soy y no me complazcas Viernes, 29 agosto 2014

¡SOS! ¿Alguien puede ayudarme a encontrar a este chico peruano que conocí en la Comic-Con de San Diego en agosto de 1992?

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).

Para saber qué demonios hacía yo en San Diego, California, en 1992, hace falta remontarse a la Prehistoria:

Mi padre, hijo de minero y él mismo carpintero desde los 12 años en la España rural de los años 50, invertía todo lo que ahorraba de joven en comprar enciclopedias y novelas por correo, y por eso crecí rodeado de libros. A los 8 años yo ya sabía que sería escritor. Pero a los 14 se cruzó en mi camino la Elektra Saga de Frank Miller y decidí cuál sería mi prioridad en mi vida adulta: ser guionista de historieta.

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De vacaciones en Galicia con 15 años, junto a mi primo Sergio y su primo segundo Marco. El oscurito del centro soy yo.

Desde adolescente me propuse, pues, ser narrador profesional de cómic. A los 17 publiqué mi primer guión de 2 páginas en la revista underground Makoki y, a los 20, por un golpe de suerte inesperado (una baja laboral voluntaria), siendo todavía un imberbe estudiante de Periodismo, me ofrecieron ser editor jefe de la mítica revista de cómic subte El Víbora. Era el año 1992.

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Feliz en el Salón del Cómic de Barcelona junto a los dibujantes Jordy Diago, Jaime Martín y José Calvo. Detrás de mí, Santiago Segura antes de cambiar el cómic por el cine y convertirse en el celebérrimo Torrente.

Yo era muy dichoso, aunque como editor jefe no podía escribir por el momento guiones de ficción como me hubiese gustado. Pero durante los siguientes ocho años conocí a todos mis ídolos y aprendí lo que pude de ellos.

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Con 19 años, junto a mi mayor ídolo del cómic español, el guionista Enrique Sánchez Abulí (Torpedo 1936). Más tarde nos hicimos muy amigos y pude llegar a coordinar varias ediciones de sus obras. Ni él ni yo sabemos quién es la sonriente señora a nuestro lado.

Con mis primeros ahorros como periodista principiante y editor de El Víbora, en agosto de 1992 decidí cumplir otro sueño: viajar a Estados Unidos, conocer el país que culturalmente más me había aportado, y de paso visitar el festival de historieta más famoso del mundo… la Convención de Cómic de San Diego (Comic-Con). Pero antes quería ver Nueva York con mis propios ojos…

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Walter Simonson, el autor que relanzó los cómics de Thor en los años 80, esperándome en la estación de buses de la localidad de New Jersey donde vive.

Tras unos días en Nueva York, volé a San Diego. Yo me pagaba todo el viaje y estadía completos, pero asistía acreditado como profesional del medio. Lo primero que hice al llegar fue meterme en el cine de un centro comercial a ver el estreno de Unforgiven (creo que en el Perú se tituló Los imperdonables)… ¿Qué otra cosa mejor que hacer en tu primer día en California que disfrutar una película del Oeste y encima de Clint Eastwood?

La sala de cine donde vi Los imperdonables.
La sala de cine donde vi Los imperdonables.
Lo siguiente que hice fue visitar la playa de San Diego. Para mí era casi irreal deambular solo durante un mes entero por Estados Unidos con sólo 20 años. No quiero pensar lo que debí preocupar a mis padres. En aquella época no había móviles ni locutorios… Pero no me ocurrió nada malo, todo el mundo allí fue maravillosamente hospitalario conmigo.

 

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A los 20 ya estaba fascinado con la belleza latina. Nada más descubrir a esta chica en la playa, le pedí tomarme una foto con ella. Mi timidez no me permitió siquiera ofrecerle un poco de conversación.

 

Ya en la Comic-Con empecé a toparme con celebridades estadounidenses. En 1992 todavía no era tan común que se utilizase ese evento como plataforma del lanzamiento de películas, pero caminando entre los puestos de cómics casi me doy de bruces con Francis Ford Coppola, que promocionaba allí su Drácula. También me comí una hamburguesa con el autor mexicano-estadounidense Sergio Aragonés, quien me presentó a un frágil viejito que se sentó con nosotros a almorzar: hasta que transcurrieron 20 minutos y empecé a entender toda la conversación entre ellos, no me di cuenta de que estaba compartiendo mesa y comida basura con ¡Jack Kirby!
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Mis dos mayores ídolos del cómic de mi adolescencia, juntos a dos metros frente a mí: Frank Miller John Byrne.

 

Conocer a John Byrne resultó un momento muy especial para mí, porque la primera historieta que yo compré en mi vida sin mediación de mis padres, en 1984, fue su serie como oro en paño. Sin embargo, fui tan idiota que no reconocí a Frank Miller sentado a su lado. Para cuando lo hice y quise abordarle, Miller huyó corriendo de mí: debió pensarse que yo era un integrista islámico intentando atentar contra su vida…
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 Instalado en el motel, muy solo y muy ilusionado.

La cuestión es que hace exactamente 22 años, en esas fechas conocí a un chico peruano que se alojaba en el mismo motel que yo. No recuerdo su nombre, pero creo que estaba involucrado en movidas musicales y también se encontraba de vacaciones. Salimos varios días juntos de exploración por San Diego (llegamos a patinar sobre ruedas por el paseo marítimo) y me encantaba su manera de ser jovial y su actitud rockera.

 

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Mi primer amigo peruano.

Me había olvidado completamente de él, hasta que una limpieza de mi correo trajo estas fotos a mi vista después de muchos años de no haberlas contemplado. De hecho, las creía perdidas para siempre. Entonces me di cuenta de que este muchacho fue probablemente el primer vínculo que tuve jamás con el Perú. No recuerdo su  nombre, no guardo ningún dato sobre él: pero tal vez alguien le reconozca y sepa decirme quién es. Sería bonito averiguar cómo le ha ido durante estos veintidós años que pasaron desde nuestro encuentro, allá en 1992.

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Junto al recepcionista del motel, con quien compartimos varias veladas de charla y cigarrillos (bueno, yo no fumaba entonces).

Por favor, si alguien sabe quién es este chico (ahora debe ser cuarentón como yo), que me avise por aquí. Me gustaría reencontrarle en Lima y decirle que fue muy buena persona conmigo y que, de modo casi anecdótico pero importante para mí, forma parte de muchos hermosos recuerdos de juventud.

Muchas gracias.

Recuperación y escaneo de fotos: José «Bouman» Martínez.

PD. INCREÍBLEMENTE, PESE AL TIEMPO TRANSCURRIDO, CON LA INESTIMABLE AYUDA DE LOS INTERNAUTAS SE HA LOGRADO DAR CON LA PERSONA QUE BUSCABA, 22 AÑOS DESPUÉS. MÁS INCREÍBLEMENTE, VIVE EN LIMA, EN EFECTO, Y YA HE PODIDO HABLAR CON ÉL. SOLICITA QUE NO SIGAMOS HACIENDO PÚBLICA SU IDENTIDAD NI SU IMAGEN. RESPETAMOS SU DECISIÓN. GRACIAS POR VUESTRA COLABORACIÓN Y BUENA DISPOSICIÓN. ¡PARA MÍ TODO ESTE ASUNTO HA SIDO DE LO MÁS ASOMBROSO Y EMOCIONANTE!
 

Hernán Migoya

Escritor y guionista español. Ya está a la venta su nueva novela, "La flor de la limeña" (Planeta Perú).